martes, 20 de abril de 2010

LA SOCIEDAD DE CONSUMO GENERA POBREZA

LA SOCIEDAD DE CONSUMO

La llamada sociedad de consumo, apareció como consecuencia de la producción en masa de bienes (activada por el taylorismo y el fordismo), que reveló que era más fácil fabricar los productos que venderlos, por lo que el esfuerzo empresarial se desplazó hacia su comercialización (publicidad, marketing, venta a plazos, etc.).

Este modelo fundado en los llamados “felices veinte” se estiró, con un prolongado periodo de depresión económica, hasta que, en torno a 1970, se inició la que algunos llaman, Tercera Revolución Industrial, la revolución de la microelectrónica, del automatismo y de la informática, hecha posible gracias a los nuevos medios de comunicación, los robots y los ordenadores.

Concretamente, fue partir de la Segunda Guerra Mundial, en la década de los 50, cuando la producción cobró una gran importancia, contribuyendo aaumentar las necesidades; entre otras causas, porque las exigencias del propio desarrollo capitalista condujeron a una situación en la que la demanda del consumidor debía ser a la vez estimulada y orientada, en un mercado en constante expansión y transformación cualitativas internas, como consecuencia del cambio estructural del primitivo capitalismo de producción en el que podemos llamar neocapitalismo de consumo.

En la sociedad postindustrial, el crecimiento económico se vincula, sobre todo, a la necesidad de conquistar nuevos mercados (lo que otorga especialísima importancia a la publicidad). Es una sociedad que necesita más consumidores que trabajadores, de donde deriva también la ascendente importancia de las industrias del ocio, que explotan el creciente tiempo libre de los ciudadanos. Desde esta óptica mercantil y despersonalizada, los sujetos tienden a dejar de ser vistos como individuos, para pasar a ser meras funciones sociales, tanto a efectos de su utilización como a efectos estadísticos, con finalidad política (electoral) o comercial (consumo

En esta sociedad, el amontonamiento, la profusión, es el rasgo descriptivo más importante.

Por otro lado, esta sociedad no se caracteriza sólo por el crecimiento rápido de los gastos individuales, sino, también, por el crecimiento de los gastos asumidos por terceros (sobre todo por la Administración) en beneficio de los particulares, de los que algunos aspiran a reducir la desigualdad en la distribución de los recursos. Sin embargo, este objetivo no se ha logrado conseguir, de tal forma que la fosa que separa a los ricos de los pobres, a los países desarrollados de los no desarrollados está aún muy lejos de disiparse.

Actualmente, destaca que los progresos de la abundancia tengan como contrapartida perjuicios cada vez más graves, los cuales son consecuencias del desarrollo industrial y del progreso técnico, por una parte, y de las mismas estructuras del consumo, por otra. Así aparece, tal y como señala Baudrillard (1974), la degradación del marco colectivo por las actividades económicas: ruido, contaminación del aire y del agua, destrucción de los parajes y trastorno de las zonas residenciales por la implantación de nuevas instalaciones (aeropuertos, autopistas, etc.); por lo que podemos afirmar que los daños culturales, debidos a los efectos técnicos y culturales de la racionalización y de la producción en masa, son incalculables.

De otra parte, señalamos la gran vinculación existente entre la abundancia de las sociedades ricas y el derroche. Y es que, de algún modo, todas las sociedades derrochan, dilapidan, gastan y consumen siempre más allá de lo estrictamente necesario.

LA CRISIS DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO

El capitalismo agresivo y depredador nos ha llevado a una sociedad corrupta.

El deterioro de los valores humanos, la deshumanización y la violencia social; son parte de las características negativas de esta sociedad que nos ha tocado vivir. El consumo compulsivo, la necesidad de tener la mayor cantidad de objetos, para intentar ser más que otras personas. La falta de pensamiento autónomo y crítico; la ausencia de solidaridad entre los seres humanos, son muestras de la crisis de la sociedad contemporánea. Se vive artificialmente en cómodas letras; mientras nuestra vida se nos va de las manos.

Casi nos hemos acostumbrado a la violencia social diaria en sus más diversos matices: apuñalamientos, robos, insultos y agresividad entre ciudadanos; malos tratos contra la mujer, poca educación en las relaciones interpersonales. Es decir, en nuestra sociedad en muchas ocasiones impera la ley de la selva, y, siguiendo nuestro instinto animal de lucha o huída ante situaciones límites, a veces, cada vez se siente menos ganas de salir a la calle, prefiriendo aislarse en la paz interior de la casa, para leer, escribir, ver cine en vídeo, escuchar música, relajarse y sentirse a gusto con uno mismo.

En el contexto actual, en el que todo depende del dinero y del poder; no hay mucho interés en los beneficios de la ética. Si nosotros los humanos seguimos perdiendo el valor de la justicia, la compasión, el apoyo mutuo, la honestidad; en el futuro nos tendremos que enfrentar con más dificultades, videncia y sufrimientos. Hay que intentar, como mínimo, conseguir paso a paso una mejor sociedad basada en la tolerancia, la fraternidad y el respeto mutuo. Comenzando con nuestro entorno familiar, laboral, social, y en consecuencia conseguiremos ser mejores personas y más felices.

Aunque el hombre y la mujer seamos animales racionales evolucionados, podemos intentar ser menos agresivos, frenar nuestros instintos primarios y potenciar‑nuestra paz y felicidad mental, y en consecuencia directa, mejorar la convivencia entre los seres humanos. Sin olvidar que ante este sistema capitalista,estamos en el legítimo derecho de practicar la Acción Directa en defensa de nuestras libertades individuales, nuestra dignidad y nuestros puestos de trabajo.

IGNACIO ACOSTA

En estos tiempos el capitalismo mundial, llamado fondo monetario internacional o mundo globalizado, maneja una situación económica general y modula los valores o se cree con este derecho. Pues ha impuesto una demanda material, en la cual no todos pueden acceder pero si tratan de conseguirlo por cualquier medio.

Es el consumismo compulsivo no lógico porque muchos de estos objetos, no son necesarios pero se lo compra, aunque su salario sea mínimo, provocando la perdida de la coherencia de lo primordial en calidad de vida.

El deterioro de los valores sociales, el bajo salario, el desempleo y la necesidad de consumir, en el cual el ingreso siempre es insuficiente para dicha demanda a la larga va a terminar en una violencia familiar y social.

Jóvenes sin posibilidad de estudiar, desempleados, algunos adictos a drogas, buscan el ingreso en el robo, a veces despiadado provocando accidentes y/o muertes sin tener el mínimo arrepentimiento, transformándose en animales en una selva que es la misma sociedad. Por eso debemos tener cuidado y volver al respeto, a la responsabilidad, a la solidaridad y al amor a nuestro prójimo para recuperar una sociedad justa.

"El consumismo en tiempos de globalización"

La globalización es indiscutiblemente un fenómeno de nuestros días, que tiene gran influencia en muchos aspectos sobre los cuales se desarrollan las distintas sociedades contemporáneas. Mucho se puede hablar de este fenómeno, en el cual aparecen temas tan importantes como las economías globales, los medios de comunicación masivos, el consumismo y muchos otros, que relacionados entre sí conforman la realidad actual. En nuestro trabajo centraremos nuestra atención en el consumismo, fuente fundamental de desarrollo de los sistemascapitalistas a través de un fenómeno que repercute de forma directa sobre las bases de las sociedades establecidas.


El ser humano desde su nacimiento consume como forma de satisfacción de sus necesidades básicas. Esta forma de consumo, en una primera instancia está destinada pura y exclusivamente a ese fin. Esta clase de consumo no parece ser objeto del estudio sociológico, ya que se presenta en el ser humano naturalmente, sin la intervención de factores sociales. Pero a medida que el individuo se desarrolla, a estas necesidades básicas se les suman nuevas necesidades de origen social. Todo esto implica en el individuo, una nueva necesidad de consumir, esta vez alejada de la necesidad original de satisfacción de las necesidades básicas, que comienza a generar en éste, la necesidad de consumir por razones externas a su naturaleza. Es esto lo que finalmente genera un nuevo tipo de consumo, al que llamaremos consumismo, plagado de factores sociales, que procuraremos estudiar a continuación.



La globalización es indiscutiblemente un fenómeno de nuestros días, que tiene gran influencia en muchos aspectos sobre los cuales se desarrollan las distintas sociedades contemporáneas. Mucho se puede hablar de este fenómeno, en el cual aparecen temas tan importantes como las economías globales, los medios de comunicación masivos, el consumismo y muchos otros, que relacionados entre sí conforman la realidad actual. En nuestro trabajo centraremos nuestra atención en el consumismo, fuente fundamental de desarrollo de los sistemas capitalistas a través de un fenómeno que repercute de forma directa sobre las bases de las sociedades establecidas.


EL HOMBRE EN LA SOCIEDAD DE CONSUMO


La sociedad de consumo de masas es producto del capitalismo industrial y de servicios que trata de hacer llegar sus productos a una parte
de la población lo más amplia posible. A pesar de su apariencia,
no es una sociedad sin clases, aunque hoy en día no se diferencian
tanto por los artículos que consumen como
por la estructura del consumo con respecto a su renta.


Las
nuevas tecnologías
permiten producir bienes cada vez más baratos y en mayor cantidad
. La única manera de que esto sea rentable es vendiendo todo lo que se produce. Para ello ha sido necesario que se elevasen las rentas del
trabajo
por encima del límite de la
supervivencia, para poder mantener activa la máquina del capitalismo. A esto se
le une la
agresión
publicitaria
, un elemento de propaganda
del capitalismo que tiene como objeto que el proletariado y la pequeña
burguesía se gaste toda la renta en consumir productos. Se consigue, así,
producir consumidores. Los
canales por los que se difunde la publicidad son los medios de
comunicación
de masas.


La pequeña burguesía, o la
clase media, ha sido el sector de
población que más ha influido para la difusión de los valores y los modos de
vida y consumo de la sociedad actual. Ella ha sido
la protagonista de la creación de la sociedad de consumo de masas. Esta sociedad
hace un extraño paralelismo, e identifica la
noción de libertad con la posibilidad de consumir. La
Libertad
es la libertad de comprar lo que se quiera y cuando
se quiera. Cuanto más posibilidades haya de consumo más libre se es.


En la sociedad de consumo de masas,
las necesidades básicas
para vivir y estar plenamente integrado en la sociedad
han aumentado. Estas necesidades se crean de
diversas formas. Hay una cierta
tendencia a resolverlas individualmente. El coche privado y el viaje de vacaciones son los
objetos de consumo más representativos de ello. Gracias a esta
individualización de las necesidades de consumo
se identifican las nociones de libertad con la
igualdad
, de tal manera que se toma a la
sociedad de consumo de masas como más igualitaria cuanto mayor sea su capacidad
para comprar un producto o tipo de producto: el coche.


En la sociedad capitalista el mismo
acceso a la información
de las clases medias y la burguesía, e incluso del proletariado,
produce una sensación de igualdad de
oportunidades
, que no tiene en cuenta la
posición de partida para aprovecharlas. La
tecnología tiene,
así, un
efecto
propagandístico
y de escaparate del
capitalismo, muy eficaz.


El mayor
peligro es que el uso masivo de la
tecnología, el confort y la información
nos impida ver cómo es nuestra sociedad en sus relaciones cotidianas, económicas y sociales.
El
mito de la
información objetiva
, y que cada cual
saque sus conclusiones, es falso ya que el exceso de información
impide la reflexión y el análisis, y la falta de formación ideológica
nos priva de un instrumento eficaz para el análisis de la realidad. Las
diferencias de educación se traducen en divergencias de opinión, y estas en
diferencias sociales.


El
ocio también es una de las características
de la sociedad de consumo de masas, puesto que
se necesita tiempo libre para comprar, para poder gastar el dinero conseguido con
el trabajo. Se trabaja para poder consumir, y el ocio se convierte en el tiempo
destinado para el gasto.


Existen
dos tipos de
necesidades
: unas primarias y otras
secundarias. Las
primarias
son
aquellas que se consideran vitales
para vivir en sociedad, y cada día son más. Las
secundarias son
prescindibles y pueden llegar al lujo y la ostentación. Sin embargo, las
necesidades
secundarias
pueden convertirse en primarias
si están
suficientemente difundidas.


El
aumento del nivel de
vida
y de las rentas, favorece que algunas de las necesidadesconsideradas como secundarias se conviertan en
primarias, y
se hacen
necesarias para vivir en sociedad
, este
es el caso de la explosión de la adquisición de electrodomésticos para nuestras
casas.


La
ciudad es el modelo
de convivencia
, y el mercado por excelencia de la sociedad de consumo de masas,
escaparate consumista y sinónimo de progreso.


Ortega y Gasset escribió en 1929 La rebelión de las masas. En
esta obra
sostiene que para mantener el nivel de producción es
imprescindible la existencia de una gran masa de consumidores. La creciente
población consumidora accede, con el tiempo, a todos los espacios que antes
estaban reservados a las élites. La masa va reclamando unos derechos que no se
le pueden negar, en virtud de su acceso al consumo.


Tras la
segunda guerra
mundial
aparece un nuevo modo de entender la
civilización: la sociedad del bienestar
.
Se trata de un
nuevo
mito
en el que la apariencia de
nivelación social, y desaparición de las clases alcanza un grado de perfección
extremo. Aunque se gana más dinero en metálico el valor del trabajo disminuye,
y el dinero ganado debe ocuparse en consumir. Es cierto que
hoy en día las clases sociales no se
pueden determinar por el aspecto exterior

de su consumo, pero las rentas siguen siendo diferentes, y por lo tanto es diferente
la
estructura del
consumo familiar
. Las diferencias de
clases se notan no en los signos externos sino en los internos, ya que
externamente se puede aparentar opulencia, aunque esto suponga una gran parte
de presupuesto familiar.


La
cultura también influye en el compromiso consumista.
Consumir cultura se ha convertido, hoy en día, en una necesidad primaria, como
la alimentación, el vestido, la vivienda, el transporte o la salud.


El consumo ha invadido todas las esferas de la vida. Los
símbolos más característicos del
consumo son
: el coche privado, la
televisión y los electrodomésticos, las vacaciones y la casa secundaria. Los
grandes almacenes, por un lado, y la vivienda, por
el otro, son los lugares donde se expone el nivel de consumo estándar.


Para determinados consumos es necesario pedir
créditos,
sobre todo están en esta situación el proletariado y la pequeña burguesía. El
consumo con créditos es más caro, puesto que hay que
añadir al coste del producto el
precio del dinero
.


La
publicidad tiende a hacer unas pautas de consumo comunes en todo el mundo desarrollado, e incluso en el
subdesarrollado.


Uno de los problemas de la sociedad de consumo de masas es la
escasa duración del producto. Esto genera una gran cantidad de basuras y desperdicios, y un alto consumo de energía.
La publicidad ha generado el
mito de utilitarismo, del usar y
tirar. Esta es la única manera de
mantener activo un mercado que se mueve continuamente, produciendo artículos nuevos y a ser
posible perecederos. La gran cantidad de basuras y el desperdicio de energía
está provocando
problemas
ecológicos
.


Hoy en día,
el ocio es
el tiempo para el consumo, y la unidad de consumo básica es la familia
. La mayor parte de los productos que se compran son
para la familia, y en todo caso el dinero sale de la renta familia


LA SOCIEDAD DE CONSUMO Y LOS CONSUMIDO0RES

Sin duda, muchas cosas han cambiado desde que Kennedy formulase su famosa declaración de derechos de los consumidores ante el Congreso de Estados Unidos: derecho a la seguridad, a la información, a elegir libremente, a ser oídos en los temas de su interés. Los avances jurídicos y políticos han sido indudables. En nuestro entorno europeo la implantación de un sistema de protección al consumidor ha dependido siempre de la construcción del mercado único. La Constitución Europea, recientemente ratificada en España a través de referéndum, y que ha contado con el apoyo público expreso y unánime del Consejo de Consumidores y Usuarios, supondrá la constitucionalización de los derechos de los consumidores e incrementará la importancia de las políticas europeas de defensa del consumidor.

La equiparación de las políticas europeas de consumo con el resto de las políticas de la Unión Europea permitirá conseguir un alto nivel común de protección de los consumidores, mayor eficacia en la aplicación de las normas sobre protección y una mayor participación de las organizaciones de consumidores en las políticas que nos afectan.

La importancia política que tiene para los socialistas la protección del consumidor, deriva de su rasgo definidor de nuestro modelo social y económico.

Desde el punto de vista social, el consumo es una de las características esenciales de nuestra sociedad y una de las facetas de la actividad de los seres humanos que despliega mayores efectos y desde los ámbitos más diversos: sociales, económicos, medioambientales…La sociedad moderna ha pasado, de forma gradual pero implacable, de ser una sociedad de productores a ser una sociedad de consumidores; de una sociedad orientada por la ética del trabajo a otra gobernada por la estética del consumo.

Desde el punto de vista económico es difícil encontrar una variable más relevante que el consumo, especialmente en las sociedades desarrolladas. El consumo es, en última instancia, el motor de la actividad económica y del empleo, un eje fundamental en el análisis y en las políticas económicas. En el contexto actual de economía globalizada nadie pone en duda que al final, son los consumidores los que sustentan el éxito o el fracaso de la gestión empresarial.

Por eso, los socialistas apostamos por unas organizaciones de consumidores fuertes, independientes y con capacidad de influir en todas las decisiones que nos afectan como consumidores. Su labor es imprescindible y complementaria a la de los poderes públicos en la aplicación de las normas y la vigilancia del mercado.

Para los socialistas la política de consumo constituye fundamentalmente una política de calidad de vida íntimamente ligada al resto de las políticas que planifican y ejecutan los poderes públicos.

La política de consumo debe mejorar la eficacia de los mecanismos de defensa del consumidor e influir para que los ciudadanos tomen conciencia sobre las consecuencias sociales y medioambientales de sus decisiones de gasto. Que el consumidor tenga información clara y suficiente sobre las circunstancias sociales, laborales y medioambientales de la producción, transformación y venta de los productos y servicios que llegan al mercado le implican desde el punto de vista ético y le convierten en un poderoso instrumento de transformación social que contribuye a generar un mundo más solidario y sostenible. Los socialistas apostamos por una política de consumo que no identifique la felicidad con el consumo ilimitado de bienes y servicios, sino con la calidad de vida; que apueste por la cultura de las relaciones humanas y el disfrute respetuoso de la naturaleza.

Esta concepción del consumo debe llegar a todos los seres humanos, debe universalizarse, y este es uno de los retos pendientes de los países desarrollados y una manifestación de solidaridad con las personas más desfavorecidas.

Documentos de interés

LA PUBLICIDAD COMO HERRAMIENTA DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO


1. Introducción.

Actualmente nos encontramos en una sociedad capitalista caracterizada por el consumo

masivo de los ciudadanos con una capacidad para elegir entre las diversas opciones que ofrece

el sector empresarial. Es por ello que este sector que intenta sobrevivir en una sociedad muy

competitiva, se sirve de sus propias estrategias para captar la atención de los consumidores

utilizando técnicas de marketing, imagen del producto y publicidad.

Se puede decir que la pauta de consumo alcanza a se una pauta cultural, en el sentido

de que no es derivada de necesidades cuya satisfacción se encuentra en la cualidad de los

objetos mismos sino de necesidades cuya satisfacción íntima e íntegra depende o está ligada a

elementos que casi nada tienen que ver con las cualidades objetivas del objeto que se consume,

sino que proceden del mundo de representaciones, sueños o fantasías en el que se ha

introducido artificialmente a los individuos.

Debido a que el consumidor en su vida ordinaria se encuentra condicionado por estas

estrategias de venta, debe estar alertado y bien informado acerca de cuales son sus derechos y

obligaciones, de cuales son las técnicas y estrategias de venta, en definitiva, el consumidor debe

estar prevenido ante el funcionamiento del mercado.

Así, las empresas utilizan técnicas como el MARKETING, esto es, un sistema de

pensamiento, un conjunto de creencias, valores, opiniones y actitudes respecto al modo más

correcto de enfocar la actividad de intercambio entre una empresa u organización y su entorno;

es un conjunto de técnicas que permiten ejecutar las acciones que se derivan de este sistema de

pensamiento. Es tanto una filosofía como una ciencia.

Su objetivo principal es favorecer el intercambio entre dos partes, de modo que ambas

resulten beneficiadas.

En definitiva, es el proceso de planificar y ejecutar la concepción del producto, precio,

promoción y distribución de ideas, bienes y servicios para crear intercambios que satisfagan

tanto objetivos individuales como de las organizaciones.

El MARKETING lo podemos ver desde el punto de vista de la empresa y desde el punto

de vista del consumo

Desde el punto de vista de la empresa: Es una disciplina o herramienta utilizada por las

empresas para conocer a su clientela y así fabricar, distribuir y promocionar los productos y

servicios deseados por la misma.

Desde el punto de vista del consumo: viene a ser lo mismo, sin embargo venimos observando

como algunas empresas utilizan unas modalidades de marketing algo desvirtuadas de lo que en

realidad debería ser:

· Marketing agresivo: Porque utiliza las emociones de los consumidores para provocar

compras.

· Marketing lesivo: Porque fuerza indirectamente compras de productos y servicios de forma

irracional afectando a la vida del consumidor.

· Marketing lesivo: Este es sencillamente el que se produce cuando se incumple la ley.


Dentro de esta técnica del MARKETING existe una parte llamada MERCHANDISING que

engloba las técnicas comerciales que permiten presentar al posible comprador el producto o los

servicios en las mejores condiciones materiales y psicológicas. El Merchandising se define como

la actividad de marketing que se desarrolla en el punto de venta e involucra técnicas de

exhibición para lograr que nuestro producto destaque e impacte estimulando la compra

impulsiva (aquellas necesidades latentes en la mente del consumidor y que se hacen reales en el

punto de venta). Agrupa todos aquellos aspectos o factores (publicidad, ubicación del producto,

color, envase, convencimiento del vendedor, precio adecuado, presentación, variedad,

demostración) que hacen variar o fijar el sentido de compra en el punto de venta. Ya que, es la

última comunicación que se tiene con el consumidor, representa una herramienta importante,

que permite despertar el interés en los productos, para accionar la decisión final de compra, por

lo que es importante ubicar este conjunto de actividades en lugares donde estas puedan ser

resaltadas.

Dentro de los objetivos principales están:

· Captar la atención del consumidor.

· Desarrollar su interés.

· Despertar su deseo.


TIPOS DE ACCIÓN SOCIAL EN LA SOCIEDAD DE CONSUMO

Aquí se ven claramente diferenciados dos tipos de acciones sociales: por un lado la acción de los productores sopesando racionalmente medios con fines, actuando racionalmente con un claro objetivo (estimular al consumidor a la elección de un determinado producto), en contraposición vemos el cambio de tipo de acción que se da en el consumidor, donde los fines pasan a ser desplazados muchas veces por valores impuestos o necesidades irracionales. Se involucran a menudo valores afectivos o costumbres arraigadas.


De esta forma vemos en los productores una clara acción social con arreglo a fines, mientras que en el consumidor su acción puede estar enmarcada dentro de los otros tres tipos de acción social. La elección por parte del consumidor de un producto de determinada marca que al comprarlo esté donando cierto porcentaje del mismo para alguna institución benéfica, es una clara muestra de una acción con arreglo a valores, en donde el individuo actúa principalmente por motivaciones éticas. Por otro lado, nos encontramos con situaciones donde el individuo consume determinado producto porque encuentra en él reflejado cierto valor afectivo, al identificarlo con instituciones, lugares o personas por las cuales siente afecto, tal es el caso de la publicidad utilizada en instituciones deportivas, como ser equipos de fútbol, basketball, etc., relacionadas con determinado producto; en este caso estamos en presencia de una acción social de tipo predominantemente afectivo. Otra situación que se da generalmente es la de consumir determinado producto por costumbres arraigadas, tal es el ejemplo de la yerba mate en nuestro país, costumbre heredada generacionalmente la cual muchas veces es objetivo generan de atención y base para las campañas publicitarias; en este caso estamos ante una acción social tradicional.


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