miércoles, 28 de abril de 2010

ETICA Y MORAL

Ética

(del griego h2qikh1: relativo a las costumbres). Ciencia de la moral. Se divide en ética normativa y teoría de la moral. La primera investiga el problema del bien y del mal, establece el código moral de la conducta, señala qué aspiraciones son dignas, qué conducta es buena y cuál es el sentido de la vida. La teoría de la moral investiga la esencia de esta última, su origen y desarrollo, las leyes a que obedecen sus normas, su carácter histórico. La ética normativa y la teoría de la moral son inseparables entre sí. Últimamente se ha desarrollado la metaética, que investiga las enunciaciones éticas, su relación con la verdad, la estructura y constitución de la teoría ética. La metaética es un fruto de la época actual, en que las ciencias han recurrido al análisis lógico de sus medios. No hay que identificar la ética con la moral vigente, «práctica», con la moralidad; la ética es la ciencia, la teoría de la moral y de la moralidad. La moral surgió antes que la ética, existía ya en el régimen de la comunidad primitiva, mientras que la ética apareció al formarse la sociedad esclavista. La ética ha sido un elemento de las doctrinas filosóficas, de la teoría filosófica. Desde que apareció, en ella ha habido lucha entre la concepción materialista de la moral y la idealista. Los materialistas premarxistas no podían comprender las leyes objetivas reales del desenvolvimiento de la moral. Mas lucharon contra las concepciones teológicas en la ética, sometieron a crítica la idea que teólogos e idealistas mantenían del sentido de la vida, defendieron el

Etica y Moral

a. Origen etimológico

Los griegos utilizaban dos términos distintos para referirse en un caso a lo que nosotros llamamos "ética" y en otro a lo que nosotros llamamos "costumbre".

Por un lado con el término "éthos" (con "": épsilon o "é" breve) designaban a lo que a en castellano nos referimos a las costumbres o los hábitos automáticos; mientras que con el vocablo eéthos (con "": ETA o "ë" prolongada) se refería al concepto de "modo de ser", "carácter" o predisposición permanente para hacer lo bueno.

Es de este último vocablo griego "éthos"(con "ë" prolongada) de donde proviene la palabra castellana "ética". Aunque en el origen, el "éthos" se refería no solo a la "manera de ser" sino al "carácter" (en el sentido psicológico que nosotros le damos ahora a esta palabra), l posteriormente el lenguaje fue evolucionando y la usó para referirse a “ La manera de actuar, coherente, constante y permanente del hombre para llevar a cabo lo bueno”. Ya tenemos, el concepto clásico de lo que siempre se ha entendido por ética.

Cuando los latinos se ven forzados a traducir esa palabra a su lenguaje propio utilizan el vocablo "moralitas", que a su vez se origina de la raíz "mos", o "mores" que significaba simultáneamente: costumbres y maneras permanentes de actuar o comportarse. Al no disponer el latín de dos palabras para referirse a los dos conceptos que el griego podía diferenciar, muy pronto "moralitas" sustituye a éthos y ëthos, y por lo tanto, en adelante una palabra sola va a significar tanto el modo de ser o la predisposición propia de cada uno en lo que tiene que ver con lo bueno, como las conductas acostumbradas o "de hecho".

Es del vocablo latín "moralitas" que proviene la palabra "moral" del lenguaje castellano.

Concepto de moral.

Del análisis etimológico podemos ver que la palabra latina "moralitas" incluye no solo las acciones humanas en "cuanto vividas de hecho" sino también las acciones humanas en cuanto elegidas como rectas de acuerdo con el mundo de valores permanente del individuo. Hoy en día a las primeras las estudia la sociología, la etnología, la antropología o la psicología, mientras que las segundas son el objeto propio de la Ética o Moral en tanto disciplinas filosóficas.

En el lenguaje corriente hay dos usos de la palabra ética. En algunos casos se la emplea como sustantivo y en otros como adjetivo. Cuando se le usa como sustantivo ("La Ética" o "La Moral") se da a entender un saber específico dentro de las disciplinas humanas que tiene como objeto la fundamentación racional de lo que debe ser la responsabilidad del ser humano para alcanzar lo bueno o lo recto. En ese sentido, denominaría el saber filosófico coherente y sistematizado (en teorías orgánicas) sobre las características que deben tener los valores, principios, normas y virtudes para que el ser humano se realice como tal en su transcurrir histórico. Ese saber sistematizado implica una concepción de lo que son los derechos y deberes que le corresponden como individuo que vive en sociedad, así como las prohibiciones, sanciones y todos los tipos de medios adecuados para alcanzar "el bien" en la interacción humana.

Pero con frecuencia la palabra "ética" es empleada en el lenguaje corriente como un adjetivo. Entonces se comenta: "esto no es ético" "fulano es un inmoral". En este caso la palabra "ética" o "moral" en tanto adjetivo, juzga la cualidad de determinadas acciones de los individuos en cuanto tienen que ver con la manera que éstos ejercen su responsabilidad frente a los valores, principios y normas morales. Hace un juicio evaluatorio de una acción humana en cuanto es capaz de encarnar o realizar en la práctica, a los valores, principios, y normas éticas.

En realidad, este uso confuso de la palabra ética que se hace en el lenguaje vulgar alude a la doble dimensión de las acciones humanas que tienen que ver con "el bien" o "lo bueno". Mientras que el saber filosófico se preocupa de justificar racionalmente criterios de acción que no sean arbitrarios y que sean universalmente válidos (dimensión objetiva) la ética en cuanto vivida de hecho, muestra cómo los hombres concretan o no esos criterios en su acción personal (dimensión subjetiva de la ética ).

De ahí que nosotros entendamos por "Ética o Filosofía Moral “ La disciplina filosófica que reflexiona de forma sistemática y metódica sobre el sentido, validez y licitud (bondad-maldad) de los actos humanos individuales y sociales en la historia. Para esto utiliza la intuición experiencia humana, tamizada y depurada por la elaboración racional.

Escrita con minúscula o usada como adjetivo “ ética o "moral “ hace referencia al modo subjetivo que tiene una persona o un grupo humano determinado de encarnar los valores morales. Es pues la ética pero en tanto vivida y experimentada. En ese sentido el lenguaje popular se refiere a que una persona "no tiene ética" o que "la ética o la moral de fulano" es intachable.

Tanto en el lenguaje vulgar como en el intelectual a la palabra Moral se le da también un contenido conceptual similar al de Ética. Muchas veces se alude a la Filosofía Moral como la rama filosófica que se ocupa del asunto de la justificación racional de los actos humanos. Por otro lado también se habla de la moral como la dimensión práxica, vivida de hecho o a lo experimentado por los individuos o por las "tradiciones" morales específicas de determinados grupos .

A juzgar por lo dicho antes, tanto en el lenguaje ordinario como en el filosófico no hay un criterio unánimemente aceptado por los autores en cuanto a distinguir los conceptos de Etica y Moral. (Ya vimos cual había sido el origen etimológico común de estos términos. En muchos casos se los usa de forma intercambiable. No obstante, hay autores se empeñan en distinguirlos.

Entre aquellos que diferencian a la Etica de la Moral están los que sostienen que "Etica" sería la disciplina filosófica que se ocupa de la fundamentación racional del comportamiento moral del hombre mientras que "Moral" sería todo lo que se refiere a los valores en tanto asumidos y vividos por la gente, o sea, a la dimensión subjetiva o a la moralidad vivida de hecho por los individuos o grupos determinados. Esta forma de diferenciar ambos conceptos parece ser práctica y yo me pliego a ella.

Otros han preferido distinguir los términos, diciendo que la Etica se ocuparía del conjunto de principios inalterables por Ej. La defensa de la vida, la búsqueda de aliviar el sufrimiento, el respeto por la persona humana, la confidencialidad, etc., mientras que la Moral sería la dimensión subjetiva de quien asume esos principios.

Se adopte la distinción que sea, lo que sí parece ser unánimemente aceptado es que los términos Etica o Filosofía Moral son equivalentes. Podemos decir pues, que la Etica o Filosofía Moral no tiene como objeto evaluar la subjetividad de las personas, sino valorar la objetividad de las acciones humanas en la convivencia a la luz de los valores morales. Cuando la ética reflexiona no se preocupa por buscar cuales son -sociológicamente hablando-, las distintas "sensibilidades" morales subjetivas que se dan en las sociedades, sino que intenta buscar aquellos criterios universales, que eliminen la arbitrariedad de las relaciones humanas y lleven a que el ser humano se haga cada vez más plenamente hombre. De esa manera, la Etica no busca ver si para un sujeto está bien matar y para otro sujeto está bien dejar vivir, sino que busca justificar racionalmente si puede considerarse bueno para todo ser humano (criterio universal ético) el deber de dejar vivir o de matar. La ética se ocupa pues de encontrar las convergencias axiológicas racionalmente justificables para todo ser humano, aún cuando estas convergencias sean muy reducidas y haya todavía mucho por recorrer en su búsqueda.

La ética o la moral no pueden ser tales si no hay una actividad reflexiva, consciente y libre del ser humano que se orienta hacia el deber ser.

La ética y otras disciplinas que se ocupan de la conducta humana.

El objeto de la Etica tiene relación con otros dos ámbitos diferentes, también prácticos: el derecho y la política.

El derecho es el cuerpo de regulaciones o leyes y sus principios de aplicación e interpretación en un determinado lugar geográfico e histórico, con sus respectivos agentes de aplicación y medidas coercitivas.

La política corresponde a aquellos criterios y medidas prácticas que los gobiernos deciden aplicar:

- leyes o regulaciones respecto a la vida social (general o particular, por Ej. , La prohibición o no del aborto ).

- asignaciones o distribuciones de recursos en el tiempo y en la geografía del país

- criterios de sobrecarga en la responsabilidad social (entre ellos, el pago de impuestos ).

Cabe señalar, además, que las conductas del ser humano también son tomadas como objeto de estudio y prescripción por la sociología y la antropología cultural, materias éstas, que tienen sus respectivas metodologías específicas.

Aunque no podemos entrar a detallar sus características, sí podríamos esquematizar de la siguiente manera lo específico de cada una y las diferencias entre ellas:

Esfera ética: se ocupa de lo que es "bueno" o "recto" para la "condición" humana, independientemente de que sea acostumbrado, legislado o mayoritariamente asumido por una determinada sociedad. Una acción "recta" es aquella que se puede defender o justificar con coherencia razonable en teorías éticas (que incluyen valores, principios, normas, virtudes) y en una antropología o concepción de lo que es el hombre

Esfera antropológico-cultural: los valores vividos de hecho y las costumbres, considerados como "válidas" por los distintos grupos humanos de una determinada sociedad o ambiente cultural, tengan o no tengan fundamentación racional. El antropólogo cultural (a diferencia del filosófico) se ocupa de saber qué es lo que los hombres o sociedades valoran de hecho.

Esfera sociológica: las conductas estadísticamente significativas de una población. El sociólogo se ocupa de ver las relevancias estadísticamente significativas de los distintos componentes de la sociedad a través de un método que le es propio (a diferencia del de la antropología cultural ).

Esfera jurídica: se ocupa de establecer lo que debe ser mandado prohibido o penado por las leyes de una sociedad. Lo "mayoritario" o lo vivido "de hecho" en una sociedad, no necesariamente tiene por qué coincidir con lo "legal" o lo "ético", aunque haya algunas teorías éticas que sostengan esta postura. Un ejemplo típico de no-coincidencia entre lo ético y lo legal es el caso de la prostitución o de los vientres de alquiler, que pueden ser legalmente admitidas pero que desde el punto de vista ético implican una comercialización de la integridad personal de la mujer.

de que el origen y las fuentes de las normas morales son «terrenales». En la Antigüedad, contribuyeron a que se [160] llegara a una concepción ética de la realidad los charvak (India), Yan Chu y Lao-tse (China), Demócrito, Epicuro, Aristóteles (Grecia) y otros. Se realizó una gran aportación al desarrollo de las ideas éticas durante el período en que se formó y consolidó el régimen burgués. Los ideólogos de la burguesía, en aquel tiempo revolucionaria, como Spinoza, Rousseau, Helvecio, Holbach, Diderot y Feuerbach, asignaban gran importancia a la resolución de los problemas de la ética. Aunque filósofos como Kant y Hegel defendían la concepción idealista de la moral, expusieron varias concepciones éticas valiosas. Los demócratas revolucionarios de Rusia, especialmente Belinski, Herzen, Dobroliúbov y Chernishevski, realizaron una seria aportación a la ética. Como los socialistas utópicos de Occidente (Fourier, Saint-Simon, Owen y otros), los demócratas revolucionarios rusos, soñando con una sociedad justa, intentaban predecir y esbozar las nuevas relaciones morales entre las personas. La ética marxista hizo suyo todo cuanto de valioso había en las teorías éticas del pasado. Su aparición constituyó un punto de viraje en el desarrollo de la ética. Las teorías éticas precedentes eran idealistas. Los filósofos del pasado suponían que bastaba modificar el nivel de la conciencia de las personas, instruirlas, o cambiar la forma de dirección estatal para difundir la moral que preconizaban. Marx y Engels pusieron de manifiesto que la moral estaba determinada por el régimen económico y social, y que poseía un carácter histórico. Con su teoría del comunismo, señalaron cuáles son los verdaderos caminos de la felicidad, de la justicia y de la libertad. La nueva etapa en el progreso de la ética está unida al nombre de Lenin. Contribuyeron asimismo a enriquecer la ética marxista Plejánov, Lafargue, Bebel, Nadiezhda Krúpskaia, Antón Makárenko y otros. Se ha dedicado suma atención a los problemas éticos correspondientes al período del socialismo y de la formación del comunismo, en los Congresos XX y XXII del P.C.U.S. La construcción del comunismo ha planteado nuevos problemas ante la ética, que se va transformando cada vez más en una ciencia independiente. El código moral de los constructores del comunismo, formulado en el programa del P.C.U.S., es de gran trascendencia para el ulterior desarrollo de la ética marxista (Moral comunista). La ética burguesa contemporánea está en crisis. Los principios de la ética burguesa se basan en teorías metafísicas e idealistas. Neotomistas y existencialistas escriben mucho sobre cuestiones éticas. En cambio, los neopositivistas abandonan su misma problemática ética y cultivan la lógico-semántica. La tendencia dominante en la ética burguesa es la que sitúa en un plano abstracto y metafísico las cuestiones relativas al humanismo, a la justicia y al bien, sin tener en cuenta la vida; busca valores éticos «absolutos» cuya finalidad única sigue siendo, como antes, la defensa y la conservación del régimen capitalista. Son particularidades de la ética burguesa, la propaganda del individualismo, la lucha contra el principio de colectivismo.Paralelamente a la difusión del dogmatismo moral neotomista, se intensifica el relativismo moral, que intenta demostrar la imposibilidad de la ética científica.

Ética aprobativa

(del latín «approbatio» aprobación). Teoría idealista de la moral; según ella, el bien es algo aprobado por alguien. Respecto a quién o qué da la aprobación, (Dios, el sentido moral del hombre, o la sociedad entendida como conjunto de individuos), las corrientes de la ética aprobativa se clasifican en teológicas, psicológicas y social-aprobativas. Son ejemplo de las primeras, las teorías de los teólogos Karl Barth, Emil Brunner (Suiza), Paul Tillich, Reinhold Niebuhr y Helmut Richard Niebuhr (EE.UU.). La teoría del sentido moral fue desarrollada ya en los siglos XVII-XVIII en Inglaterra (Anthony Shaftesbury, Adam Smith, Hume) y ha sido recogida en el siglo XX por Edward Westermarck (Finlandia), Arthur Rogers (EE.UU.) y otros. El tercer tipo de teorías fue presentado por Emile Durkheim y por LucienLévy-Bruhl (Francia). Todas estas teorías son no científicas, pues, dada su naturaleza subjetivista y voluntarista, niegan los criterios objetivos de las acciones morales.

Ética autónoma y ética heterónoma

(autónomo, del griego au1tónomoV: independiente; heterónomo, del griego; e1terónomoV: distinto, de otro). Teorías éticas burguesas. La ética autónoma se basa en el principio de que la ley moral arranca del propio sujeto. El hombre mismo, libre en absoluto de todo influjo exterior, se crea la ley moral. La ética autónoma infiere la moral de representaciones idealistas sobre un deber moral interiormente innato, [161] apriorístico. La afirmación de que la moralidad tiene un carácter en absoluto independiente, autónomo, es anticientífica, pues conduce a negar la relación entre la moral y el sistema de relaciones sociales históricamente determinado. Atacando la ética de los materialistas franceses del siglo XVIII, Kant desarrolló las ideas de la ética autónoma en su «Crítica de la razón práctica»; en esta obra, Kant aboga en pro del principio según el cual la conducta moral tiene un carácter autónomo. La ética heterónoma, opuesta a la anterior, infiere el carácter moral de causas que no dependen de la voluntad del sujeto agente. Como tales causas externas se consideran: las leves del Estado, los preceptos religiosos y motivos como el del interés personal o el deseo de hacer el bien a otras personas. Ello explica que los teóricos burgueses incluyan entre las variedades de ética heterónoma la ética hedonista (hedonismo), dado que ésta funda sus principios morales en el anhelo de placer, y también el utilitarismo, cuya base radica en el principio de la utilidad, así como muchos otros sistemas. La diferenciación entre la ética autónoma y la heterónoma no es científica. Se deriva de negar que lo moral se halla condicionado por leyes sociales objetivas, de afirmar el principio idealista de la autonomía de la voluntad, de no reconocer el papel activo del sujeto en la sociedad.

Ética evolutiva

Corriente vulgar y mecanicista, fundada por Spencer, de la ética burguesa. En el siglo XX, defienden las ideas de la ética evolutiva Julian Huxley, Waddington (Inglaterra), Edwin Holt, Ralph Gerard (Estados Unidos), Teilhard de Chardin (Francia) y otros. Las tesis básicas de la ética evolutiva estriban en lo siguiente: la conducta moral del hombre ha de ser función del medio natural circundante y estar adaptada al mismo. El criterio de la moralidad radica en el proceso biológico (evolución); lo que facilita dicho proceso es bueno, lo que lo dificulta es malo. El hombre elabora las representaciones y los conceptos morales para orientarse en los hechos de la naturaleza. La sociedad misma no es más que la forma natural superior de la asociación de organismos de una especie. En la teoría de Holt, se encuentra incluso una exhortación a liberar lo animal y biológico, en el hombre, de las limitaciones que la sociedad le impone. Otros evolucionistas (Huxley, Chardin) no preconizan semejantes ideas tan abiertamente antisociales y amorales, son más circunspectos en la interpretación biológica de la sociedad. En su conjunto, la ética evolutiva, al reducir la sociedad y la moral a la biología, posee una orientación antisocial, por lo que es reaccionaria y anticientífica.

Ética teológica

Ética basada en algún sistema teológico. Sus tendencias más influyentes fueron, y siguen siendo, las doctrinas éticas de las tres religiones fundamentales: el cristianismo, el islamismo y el budismo. En la ética teológica, la fuente de la moral es Dios. Éste aparece como encarnación del bien moral y de la virtud, mientras que el mal y la amoralidad de la sociedad se explican por la «caída en el pecado» del hombre. Dios es, además, el criterio único de lo moral. Tal o cual acción es un bien o es un mal por el hecho de corresponder o contraponerse a la «esencia» o voluntad de Dios. Finalmente, Dios aparece en calidad de sanción moral, es decir, constituye la autoridad única para estimar la moralidad de un acto. Resulta, por tanto, que la ética teológica es antisocial por su orientación, pues niega la competencia de la sociedad para establecer valoraciones morales. En dicha ética se asigna un importantísimo lugar a la doctrina que trata de la recompensa a los justos y del castigo a los pecadores, doctrina que los teólogos relacionan con el fin del mundo (Escatología). El pleno triunfo del bien y de la justicia se vincula ya con la vida de ultratumba, ya con la llegada del «reino de Dios». De ahí que se eleven al rango de virtudes la sumisión, la resignación, la no resistencia y el perdón universal. La ética teológica aparece en calidad de apología moral de la sociedad explotadora.



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